Porque la leche de vaca es para los terneritos!!

¡¡Saluditos a todos los macrobiónicos que nos estaban extrañando!!

Estuve muy ocupada con la traducción, la permacultura, el yoga, las acrobacias, el registro de conducir y todas esas cosas lindas de la vida. (¿?) Cuestión que, nada, este finde me agarró la loca de cocinar y, cuando me agarra la loca de cocinar, me dan ganas de compartirlo con el mundo. Además, llevé a arreglar la minipimer, lo cual es clave para hacer este tipo de cosas. Así que aprovecho a agradecer de corazón al service de Philips en Salta y Primera Junta que me solucionó la vida sin sacarme un ojo de la cara. Acá va la anécdota del primer queso vegano que me salió decente en cuanto a aspecto y sabor.

QUESO PARA PERSONAS MÁS SANAS Y VACAS MÁS LIBRES (sí, ese nombre me gustó)

Inspirada en las recetas de quesos de Dimensión Vegana, adapté una de las recetas de los muchachos conforme a lo que tenía en casa…

  • 1 taza de leche de soja (o agua)
  • 4 cdtas de agar agar (gelatina vegetal sin sabor)
  • 3 cdas de harina de garbanzo (o harina de arroz)
  • ¼ taza de fécula de maíz
  • ½ taza de puré de papas instantáneo
  • 1 cda de miso
  • ¾ taza de aceite de oliva
  • 1 cda de jugo de limón
  • Condimentos varios, a gusto, ¡lo que tengan en la alacena!

Con esto, salen hacen unos 300 gramos de queso.

Procedimiento:

  1. En un bowl o en la jarra para la minipimer, colocar 1 taza de leche de soja, 4 cdtas de agar agar, 3 cdas de harina de garbanzo, ¼ taza de fécula de maíz y ½ taza de puré de papas instantáneo. Empezar a procesar.
  2. Agregar la cucharada de miso (yo acá consigo el Bitarwan), ¾ de aceite de oliva (usar aceite de coco, si consiguen, para que quede todavía más duro), la cda de jugo de limón y los condimentos. Yo usé: sal marina, tomillo, coriandro, cúrcuma y ajo. NOTA: El miso también le da bastante sabor; si les cuesta conseguirlo o está muy caro, una buena cucharada de levadura en copos es la que va para lograr el saborcito a queso. Procesar todo un ratito más.
  3. Llevar la mezcla al horno en un molde chico. Yo usé un recipiente de barro muy simpático. Se pueden usar también esas bandejitas de aluminio o algún recipiente de vidrio. Fuego mínimo, 40 minutos.
  4. Dejar que el queso se enfríe y desmoldar. Que quede “aireándose” por un par de horas (sin heladera), o toda la noche… eso es preferible. Así que por ahí pinta cocinarlo todo de noche para disfrutarlo al día siguiente.
  5. Mandarlo a la heladera para que agarre un toque de frío.

Muy hermoso. Así sale:

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Hice un pan casero 100% integral y muy divino para probarlo. Lo podés agregar a una ensalada o a un rico sandwich. ¡A probarlo que es un flash!

Abrazo de alitas!!

Salsita agridulce

¡Receta super-express para hacer en un periquete y alegrar arroces, verduritas o rice paper rolls!

 

Ingredientes:

5 cucharadas soperas de salsa de soja

2 cucharadas soperas de vinagre de arroz (el que usamos para condimentar el arroz del sushi)

1 cucharada sopera de azúcar rubia

 

Procedimiento:

Meter todos los ingredientes en un frasquito. Cerrar fuerte el frasquito y sacudirlo. Ayuda si estamos bailando Blurred Lines como Michael Fassbender, James McAvoy y Hugh Jackman en el último de Graham Norton. Una vez que el azúcar se disuelve, ¡está listo!

¡A disfrutar!

 

Pancakes hiperbiónicos

¡Hola a todos!

¡Volvimos, y en forma de fichas! Bueno, no, en forma de fichas no. En forma de fichas solo vuelve gente emblemática como Alf o los Auténticos Decadentes.

Pero sea como sea que volvamos, volvimos con más recetas ricas-ricas para seguir el sendero de la macrobiótica que tantas satisfacciones nos ha dado y nos sigue dando.

Hola. Soy Yalanbiónica y vengo a dejar mi testimonio. Ah, re que siempre quise decir eso.

Bueno, les cuento.

Resulta que estoy medio rechoncha. Podría decirse que me fui a la bosta. A veces pasa. Food is eaten, words are said, boundaries are surpassed (?). Como sea, hace aproximadamente un mes, decidí ponerme las piletas con de todo y empezar a encauzar mi vida. Pero, esta vez, de verdad. Lo juro por el amor de Matthew McConaughey.

Entonces, hice tres cosas:

1- De tantos kilómetros que venía caminando cada fin de semana (se me daba por pasear por la costanera de Villa Carlos Paz… calcúlenle unos 20 km por fin de semana… REAL), me di cuenta que el siguiente paso era empezar a correr. Bueno… «cooorreeeeer»… Trotar. Un poco. Como para poner las cachas y la sangre en movimiento. Como no soy ninguna loquita, por más que mi mirada perdida lo aparente, investigué cuál es la forma correcta como para pasar de ser una couch potato a una señora corredora… o trotadora. Y encontré un HERMOSO plan de 10 semanas que primero te hace caminar más minutos que los que te hace trotar y luego va intercambiando esos minutos de caminada por trotada. Una maravilla. La idea es salir tres veces por semana. Es súper gradual y es recontra abordable. Más vale que es difícil, porque no lo vamos a negar. Correr no es moco ‘e pavo… pero tampoco es la temuer. La primera vez que me tocó correr, apenas puse una pata adelante de la otra con más velocidad de la que venía acostumbrada, tuve un flashback intenso a mi infancia. Debo admitir que sentí alguito que no sentía hacía mil años. Estuvo bueno.

Hoy me encuentro en la semana 4. No es mucho, pero estoy llegando a la mitad del programa. En 5 ciclos de 5 minutos, hoy por hoy camino 1 minuto y corro 4. Nada mal. 20 minutos corriendo es mucho más de lo que me veía haciendo hace cosa de un mes para atrás. Ese minuto de descanso que tengo cada cuatro lo atesoro en mi corazón con mucho amor. Y así estamos…

2- En mi plan por ser una trotadora de acá a un mes y medio más, me puse a buscar blogs inspiradores de personas que hayan empezado a correr en sus treintaydVEINTICINCO años y encontré el blog RE piola de una chica gallega que es mi nueva gurú. Se llama Mariam y soy su fan y no la etiqueto acá porque no quiero asustarla como suelo asustar a la gente que idolatro. Mariam empezó a correr con el mismo plan que estoy haciendo yo y ahora hace kilómetros y kilómetros. Una genia.

Mariam también cocina. Y es fan de los desayunos. Y como buena fan de los desayunos, suele publicar en su cuenta de Instagram fotitos de las comiditas que prepara. Fue gracias a una foto de las suyas que me interesé en adaptar sus recetas de los pancakes para que sean aptas para macrobióticos. Eso es porque Mariam usa muuuuchos huevos en sus pancakes. Tres claras y un huevo entero. Not our thing, folks.

Investigando, investigando, descubrí que la harina de lino es una buena sustituta de los huevos por su propiedad aglutinadora. Así que me fui a mi dietética amiga, me compré una bolsita de harina de lino y me puse a experimentar. Juro que el pancake de la foto que se ve abajo NO LE HACE JUSTICIA a lo ricos que salen. Truly. De verdad. Imagínense ese pancake sobre un plato blanco, muy iluminado, con frutitas de colores alrededor. Ése es mi happy place. Como el happy place de Moss o de Happy Gilmore… Ahí vamos.

Acá les dejo la receta del pancake.

En este caso, lo hice de chocolate, pero bien pueden reemplazar la medida de cacao (amargo) por una medida equivalente de coco rallado, ñammm.

PANCAKE HIPERBIÓNICO (porque pintó)

Ingredientes

1 cucharada sopera de harina de lino

2 cucharadas soperas de harina de arroz (o puede ser 1 de harina de arroz y 1 de avena)

1 cucharada sopera de cacao amargo

Unas gotitas de stevia

Unas gotitas de esencia de vainilla

Agua!

 

Proceso

La cosa es así. Por cada medida de harina de lino, hay poner cuatro medidas de agua. En este caso, al ser una cucharada sopera de harina de lino, incorporamos 4 cucharadas soperas de agua. Mezclamos bien con la batidora. Uiiiiiiiiiiiii. Después incorporamos el resto de los ingredientes. Por cada cucharada de ingrediente en polvo (harina de arroz, cacao, avena), le enchufamos 1 de agua. De esta manera, si en total metimos 4 cucharadas de cosas, ponemos 7 de agua (incluyo las 4 por la harina de lino). ¿Hice mucho lío? Espero que no.

Al mismo tiempo, ponemos un poquito de aceite en la sartencita donde cocinaremos el pancake y la calentamos a hornalla media. una vez que está listo, vertemos el contenido en la sartén y cocinamos lado y lado. Ñammmmm.

Al servirlo en un platito, recomiendo untarle un poquito de dulce de frutilla o un poquito de miel.

En serio que la foto no le hace justicia. Pregúntenle a la Klary si no.

3- En tercer y último lugar, les cuento que saqué la Visa y, si Alan Rickman quiere, voy a ir a conocer EE. UU. en breve. ¡Que Dave Grohl quiera!  (Tengo muchos dioses).

Y ahora tengo que terminar rápido esta publicación porque la Noe está por salir de Curves y la tengo que ir a buscar así vamos a lo del Seba porque el Marito se vuelve mañana a Chile y quiero saludarlo porque el Marito es lo más. Ah, re que les conté mi vida y a nadie le interesa. Y bueno, a veces uno se entera de cosas que no tiene por qué andar sabiendo.

Espero que prueben la receta de los pancakes, porque no tiene desperdicio.

Hace un ratito, me preparé para mañana una especie de crepes con la misma receta pero adaptada para que sean salados, rellenos de choclo y cebollita. Mañana les cuento qué onda, si salieron ricos o qué.

 

Y, si puedo conseguir mejor luz y un plato más amigable, les saco otra foto a los pancakes para que se deleiten visualmente conmigo.

¡Cuentenme en los comentarios si probaron la receta y qué les pareció!

 

Besos a todos.

 

Chechu

 

PD: También me hice fan de Benedict Cumberbatch.

 

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♫ Unfortunately we needed a health scare to reprioritize ♫

No me acuerdo si fue Corey de The Real World San Francisco o Amaya de The Real World Hawaii, pero una de las dos fue. La chica tuvo una emergencia médica en medio del programa y, luego de ir a la urgencia, llorar, hacer que la producción apareciera en cámara y esas cosas, citó la canción Front Row de Alanis Morissette (muy de moda en esa época), que decía «Unfortunately we needed a health scare to reprioritize». Aparentemente, esta chica Coreyamaya era un tanto ligera de cascos y su prioridad ahora era cuidarse un poco más para evitar las enfermedades que pueden contraerse a través de la cachucha. Better safe than sorry.

Yo no tengo ese problema (ni lo tuve), pero sí, durante la adolescencia, tuve problemas de tiroides. Hipotiroidismo, para ser más precisa. Y fue una época horrible, porque los síntomas del hipotiroidismo y los bullies de la secundaria no son compatibles para vivir una vida feliz. En esa época, me sacaba sangre cada tanto para ver mi reacción ante el tratamiento y vivía con moretones feos en los brazos. No fue la época más feliz de mi vida. El hipotiroidismo, entre otras cosas, causa depresión física, por lo cual solamente levantarme de la cama me era un esfuerzo.

Después de varios años de tratamiento y esfuerzo, un día largué todo. Me harté. Ya estaba más o menos bien y no quise saber más nada. Eso está mal. Mi abuelo tuvo bocio (se le había hinchado mucho el cuello antes de operarse, se podía ver a simple vista). Mi mamá es operada de tiroides (no las tiene más) y a mi hermana, hace poco, le detectaron nódulos y le dijeron que también se las tiene que sacar. Mal pronóstico para alguien que tuvo problemas y abandonó el tratamiento abruptamente.

Pasaron casi 15 años y, un día, se me infló la garganta. Pensé que era algo de las vías respiratorias y dejé pasar unos días. No pasaba nada y cada día me molestaba más. Eventualmente fui a una farmacia (¡UNA FARMACIA!) y me recetaron un antibiótico para las anginas. Listo. Una semana después de tomar el remedio, nada. Mi garganta seguía inflada y tapada. Finalmente fui a un otorrinolaringólogo (dos semanas después del comienzo de la inflamación) y me dijo que tenía una infección propia de mi patología: amígdalas enormes. Siempre tuve amígdalas grandes y, ante una pequeña inflamación, se vuelven enormes y prácticamente no dejan pasar nada por la garganta. Incluso se tocaban. ¿Hace falta que me deje estar hasta ese punto para hacerme ver? Llegada a esa conclusión, saqué inmediatamente un turno en una endocrinóloga. Cualquiera. La que atendiera en el mismo lugar donde fui a ver al otorrino. Necesitaba saber qué estaba pasando a nivel hormonal también, sobre todo teniendo en cuenta el antecedente y las molestias que suelo tener en el cuello.

El otorrino me hizo colocar una inyección y la garganta volvió a su tamaño natural. La endocrinóloga me hizo sacar sangre y una ecografía tiroidea.

Voy a hacer una salvedad necesaria:

Hace aproximadamente un año, con mis altas y bajas, practico la macrobiótica. A través de la macrobiótica, quiera o no (pero sí quiero, obviamente), tengo un cierto equilibrio en el cuerpo. Ingiero menos sodio e incorporo más yodo. Al no ingerir tanto sodio, puedo retener mejor el yodo, lo cual es fundamental al momento de equilibrar el funcionamiento de la glándula tiroidea.

Los análisis, entonces, me salieron perfecto. Nada de hipotiroidismo. Mi problema en la garganta no es de software sino de hardware, para lo cual, debo someterme a una simple amigdalectomia y chau picho.

A lo que voy es: estoy haciéndole oso a una enfermedad que hubiera firmado que iba a tener.

Go macrobiotic.

 

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Tiembla McDonalds (?)

MCDONALDS

Hace unos días me puse a experimentar con distintos tipos de harinas combinadas así con lo que venga. Salieron unos panes con toda la onda para hacer un sanguchotes macrobióticos increíbles y coloridos. A Flaquitus le parecieron una genialidad…

-Flaquitus: ¿Y por qué no ponés un fast food de comidas así?

-MacroLuchi: Porque no sería fast food, sería slow food.

(cuak!!)

Así que hace unos días ya que les debo esta receta. ¡Disculpen la falta de actualizaciones! El nuevo trabajo, rescatar gatitos y la práctica más comprometida de ashtanga me roban el tiempo que quiero dedicarle a este blog… también, a veces, me sacan el culo de esta silla. ¡Y eso es muy bueno! ¡Hip hip hurra por mí!

SANDWICH DE ZUCHINNI CON PAN DE RÚCULA

Ingredientes para el pan (4 bollos): 1 ½  taza de harina de centeno, ½ taza de harina de trigo integral grueso, 1 cda de levadura en copos, 1 cda de sal marina, 1 cda de ajo en polvo, un chorrito de agua y un buen cacho de rúcula.

Ingredientes para meterle al sándwich: brotes de alfalfa, zuchinni crudo cortado en fetas bien finitas, veganesa, salsa picante (opcional)

Para preparar el pan, amasar bien todos los ingredientes (con la rúcula muy bien picadita o procesada) y armar cuatro bollos, redondos o alargaditos, lo que pinte. Llevar al horno durante media hora (recomiendo dar vuelta los bollos pasados 15 minutos así se cocina parejito). Cuando termine la cocción, esperamos unos minutitos que se enfríen y los cortamos por la mitad, así de forma transversal (¿es esa la palabra?) y les ponemos los ingredientes que queramos. Yo sugerí el zuchinni crudo con brotes y veganesa. La idea es buscar ese tipo de ingredientes. No le pongas jamón, queso y mayonesa porque no es la idea.

HAMBURGUESA DE SOJA Y ZANAHORIA CON PAN DE PUERROS

Ingredientes para el pan (4 bollos): 1 ½  taza de harina de centeno, ½ taza de harina de trigo integral grueso, 1 cda de levadura en copos, 1 cda de sal marina, un chorrito de agua y un buen cacho de puerros. Ah! y unos simpatiquísimos pistachios decorativos 🙂 qué monada!!

 Ingredientes para meterle al sándwich: aderezo “raw” de palta y brócoli, y hamburguesa de soja y zanahoria

 Para preparar el pan, es el mismo procedimiento que describo arriba, pero con puerros picados en lugar de rúcula. Animate a agregarle otros condimentos interesantes. Yo te banco.

Adentro le puse una hamburguesita de soja que hice con, obviamente, porotos de soja que dejé en remojo durante la noche y cociné como por una hora (de ahí que esto es “slow food”) y que después procesé con zanahoria rallada, cebolla picada y mezclé con bastante harina de arroz, sal pimienta y nuez moscada. A estas hamburguesitas también les va media hora de cocción; yo las puse con los bollos de pan en la misma asadera y maté dos pájaros de un tiro. (Literalmente no, porque recuerden que no comemos animales).

El aderezo “raw” se hace procesando brócoli picadito con una palta y el jugo de ½ limón. Metele los condimentos que quieras. Yo lo prefiero picantito, con ají molido o ají fresco. Y así se come brócoli crudo, chicos. Es la mejor forma de aprovechar sus divinos nutrientes.

En la foto, acompaño esta hamburguesa con papas fritas, ‘cause I’m a bad BAD!!!! girl. Les recomiendo batatitas mejor 😉

Otra nota importante y no los jodo más: Anímense a hacer estos panes macrobióticos con otras verduras, hierbas frescas y semillas. Hoy hice uno de zanahoria y salió muuuuy delicioso. También los hice de remolacha; quedan muy divinos porque salen rosaditos!! Uiiiiii! Momento hueco del día ^.^

Y bueno, nada más. Los quiero mucho. Y si comparten esta receta, los voy a querer más.

Así salen:

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Huevos, Roberto… ¡Huevos!

Hace un par de días empecé a seguir a los chicos de Dimensión Vegana. Me cayeron súper bien y si están leyendo esto, les aviso que acepto cualquier invitación a la soleada Barcelona para juntarnos a cocinar… digo. Manejen el dato. Tienen un blog con decenas de miles de seguidores. O sea que les va mejor que a nosotras, pero no importa, desde algún lado se empieza. Llama mucho la atención esto del veganismo y cómo (varios seguidores, sin generalizar) se ponen superactivistas y generan debates incluso tirándose m* entre ellos. Pero el caos es una idiosincrasia de la materia, dicen los sabios; así que los amo a todos.

 

Luego de un almuerzo macrobiótico con #flaquitus, vi en el newsfeed del Face la simpáctica consigna de cocinar un “huevo frito” vegano, sacarle una foto y enviarla al Facebook de Dimensión Vegana (que también comparten su arte culinario a través de twitter, síganlos: @dimensionvegana). Todo un desafío creativo. Así que me puse a recontra pensar un rato y a ver qué ingredientes tenía a mano. Salió algo muy rico y bastante similar en aspecto al huevo en fritanga. El público vegano lo pidió!! Acá va mi receta:

Ingredientes (para 1 huevo frito grande)

  • Tofu procesado con la minipimer (50 g aprox)
  • 2 cdas de fécula de mandioca
  • Agua caliente, un chorrito
  • ½ cdta de agar agar (o quizás menos, muy poquito!)
  • Sal y pimienta
  • Cúrcuma
  • Aceite, porsupu

Procedimiento:

En una compotera colocamos parte (la mitad podría ser) del tofu procesado con bastante cúrcuma y mezclamos. Queda una pastita amarilla que vamos a usar de yema.

Para la clara, colocamos el resto del tofu procesado y le echamos las 2 cdas de fécula de mandioca y el poquitín de agar agar. A esos ingredientes les echamos un chorrito de agua caliente (muuuuy poca agua) y vamos mezclando. Va a quedar un gel blanco. Lo echamos en la sartén con aceite hirviendo y en el medio colocamos el tofu amarillo hecho bolita y aplastado, que quede como un disco. Me parece que demora un poco más en cocinarse que un huevo común y silvestre… pero hace años que no me hago un huevo frito, así que no estoy segura    O.o

Muchos criticaron que no se le puede meter el pancito a la yema, y es cierto. Pero yo soy macrobé y evito el pan porque me da peditos. 🙂 (jaaaaa, nah, es broma). Prometo seguir mejorando la receta y hacerle una «yema» más interesante. La verdad que está muy piola para hacerlo de vez en cuando y para acompañar unas verdus crudas o al vapor. A no abusar que la fritura es demasiado “yang”. Ponele sal y pimienta, y disfrutalo!!

Así sale:

huevo

Mi mamá lo pronuncia «jomús»

Tres descripciones de este post:

* Este es el lado B de la super receta de hummus que compartió nuestra MacroLuchi acá: https://asisalen.wordpress.com/2013/05/24/los-mil-y-un-garbanzos/

* Esta es una receta de hummus  à la armenia.

* Esta es una forma de insistir para que preparen y coman hummus, porque el hummus es lo más rico que existe.

***

Hola, soy MacroChechu, también conocida como Yalanbiótica.

Mi nueva obsesión es jugar al Plants vs Zombies, pero no la versión pedorra de Facebook, sino the real deal. La que se carga con el rollo de pasto que se va desenrollando. La del zombie Michael Jackson que baila Thriller con sus demás zombies. La versión no-3D. La posta. Hasta hace unos días, no podía dejar de jugar al jueguito. Desafortunadamente, un problema técnico tiene mi compu en terapia intensiva, bajo los tiernos cuidados de don Keko. En este tiempo de inactividad, estoy jugando al Plants vs Zombies de modo analógico. Para eso, me compré unos muñequitos de los más chulos, quienes me asistieron en la preparación de esta receta alternativa a la de Luchi que vengo a publicar hoy. Agradezco desde ya la asistencia invaluable (?) de mis nuevos muñequitos.

 

 

HUMMUS
Bueno, esta receta no dista realmente de la versión de Luchi, pero tiene algunas pequeñas diferencias que ameritan el doble-post.

Estos son los ingredientes:

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Se recomienda que el garbanzo sea de bolsa y se deje en agua toda la noche pero, en casos EXTREMOS, puede usarse una lata de garbanzos. El agua en la que se mantiene el garbanzo no debe tirarse inmediatamente, porque al momento de procesar el garbanzo, es necesario usar una cucharadita.

La cosa es así:

Calentamos un poco el garbanzo en su propio líquido (el que les mencionaba antes).

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Cuando ya está kenchu (?), lo pasamos a la procesadora y le agregamos el jugo de medio limón, 1 cucharada de tahini (esa pasta de sésamo que, si no consiguen, pueden hacer artesanalmente como explica en su post MacroLuchi), 1 1/2 cucharada del líquido de los garbanzos, sal y, si sos fan del comino como yo, una pizca o mini-pizca de este. Procesamos todo.Image

Calentamos el plato donde vamos a poner el hummus y, una vez que está tibio, pasamos la mezcla al plato.

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Una vez en el planto, ponemos los condimentos encima de la pasta: pimentón dulce y perejil. Si queremos que esté un poco picante (yo puedo prescindir de ese paso), le agregamos ají molido. Una vez que están todos los condimentos, cubrimos la pasta con aceite (del que les guste, del que tengan) y a la heladera.

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Se puede comer tibio como está, pero queda más rico cuando está bien frío. n_n
Recomiendo untarlo en un rico pan de centeno. Se mueren de felicidad.

¡Espero que lo disfruten! Después chusmeen.

 

Ah, y si están perturbados por la falta de tildes en «esta», «este», «estas» y «estos», les comento que, a partir de la última de la actualización de la RAE, poner esos pronombres con tilde constituye un error.
http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Adwesaq4ND64VT09xQ#321

Besos desde mi ñoñera.

¡Guiso yogui!

Hola a todos. En esta edición de AsíSalen, contamos con la grata colaboración de Diego.

A Diego lo conocí haciendo yoga, en una situación semejante a esta…

yoguis

Ya es casi profe. El otro día se había juntado a estudiar con las chicas porque están por rendir y les llevé hummus. Nos quedamos charlando un buen rato sobre las cosas raras que comíamos. Y ahí le dije: «vos tenés la locura suficiente para aparecer en mi blog». Así que acá está. Hoy nos trae un guiso vegano para sobrevivir el frío marplatense. Acá va…

Productos:           (como para cuatro personas)

  • 300 a 400 g de lenteja o lentejón remojado de noche anterior
  • 2 cucharadas soperas de mix de semillas
  • 3 cebollas de verdeo
  • 1 tomate mediano/grande
  • 1 zanahoria mediana
  • 1 morron rojo
  • 2 zapallitos medianos
  • 4 milanesas deshidratadas de soja
  • 200 g de tofu fresco

Opcionales:

 

  • 1 lata de arvejas (sí, lata!!!! Si sos veg fundamentalista no le ponés) /Nota de la editora: en una versión más macrobiótica, podemos comprar arvejas partidas, dejarlas en remojo y cocinarlas por 40 min… quedan ricazas)
  • Un toque de queso magro sin sal, o queso untable /Nota de la editora: para los que todavía no pueden dejar el queso, porque es tannnn rico!!!! * sufre *
  • Aceite de oliva
  • Jugo de limón (estos tres últimos productos son para emplatar cada porción) /Nota de la editora: Diego, no hay nada que te banque más que el verbo «emplatar»

Condimentos : a piacere, en este caso usé jengibre en polvo, pimienta de Jamaica, curry,  pimentón y una pizca de ají molido

 

A cocinar

Cambiá el agua de remojo de las lentejas, dejale bastante nivel por arriba y echale las mila de soja que se vayan hidratando y ablandando. Picar chiquito el morrón y la zanahoria, tiralo a la olla con 5mm. Nivel de agua, picá en dados los zapallitos y el verdeo a lo bruto, tiralo también y prendé fuego fuerte. Rallas el tomate de manera que la pulpa vaya a la olla y te quedes con la cáscara en la mano( y de ahí a a la compostera) picas las mila en tiritas o cuadraditos y el tofu en dados de 2cm. Aprox. echas a la olla las lentejas, las milas y el tofu picado, revolves para mezclar, condimentá,  echale agua hasta pasar 2cm. el nivel, tapá  y cuando rompa hervor bajá a fuego mínimo. Cada tanto fíjate de corregir nivel de agua y revolver, aprox. a los 15 ó 20 min, probá que estén las lentejas, apagá el fuego y le echas las arvejas y revolvés, déjalo descansar unos diez minutos.

Para el emplatado, ponés el queso en el plato, servís la porción y arriba le ponés jugo de limón y un chorrito de oliva y buen provecho!!!!

/Nota de la editora: una locura, gente, así sale:

Sin título

 

 

Día de la patria vegano y otras paradojas

Holitas de nuevo. No puedo andar con muchos preámbulos porque la receta es larga y mucho muy compleja. Es más, nos va a llevar dos días hacerla y no voy a incluir las “otras paradojas” porque se van a cansar de leer. Tomen nota.

LOCRO VEGANO!! DE NO CREER!!

Día I. Etapa I: La búsqueda de ingredientes

¿Vamos de compras? Tenemos que conseguir estos ingredientes:

  • Medio coreanito. Que no es un orientalito que vende ropa en la Ituzaingó de Nueva Córdoba. Yo le digo coreanito al calabacín o zapallo anco.
  • Un coliflor chico o la mitad de uno grande
  • Un puerro
  • Un caldito de verduras
  • Porotos grandotes y blancos que no me acuerdo cómo se llaman (unos 200 g)
  • Maíz pisado  blanco (unos 200 g) àse consigue en el súper!
  • ½ kilo de harina de trigo normal, para hacer seitán
  • Ajo – 2 dientes
  • Ají fresco (el de la mala palabra) – Usé 4 en total… porque soy picosa!!!
  • Salsa de soja (vamos a usar un chorro generoso)
  • Jengibre  molido (una cucharadota) o fresco (un pedacito generoso, picado)
  • Romero de la huerta
  • Tofu para hacer albondiguitas de tofu (100 g)
  • Una cebolla
  • 2 cucharadas de harina de trigo integral
  • Perejil fresco
  • Mucho aceite para freír
  • Otros condimentos que usé: paprika, comino y sal marina

Día I. Etapa II: Seitán

Bueno, en el primer día vamos a preparar el seitán y las albondiguitas de tofu que vendrían a ser el “cerdo” de nuestro locro vegano, macrobiótico, vegetariano, hippie o antipatria (porque vivimos en un país carnívoro). Para hacer el seitán, a mi me convenció el siguiente procedimiento:

  1. Amasamos la harina solo con agua. Le vamos echando agua MUY de a poquito hasta que tengamos una masa compacta y que no se pegue mucho a los dedos.
  2. Dejamos el bollo de masa cubierto de agua en un recipiente durante 45’.
  3. Pasado ese tiempo, lavamos el bollo de masa. Sí, lo lavamos. Le vamos echando agua nueva que, al principio, va a salir toda blanca porque desprende el almidón.
  4. Después de varias lavadas, el agua va a salir más transparente y el masacote se va a poner más oscuro. Ahí es cuando nos queda el gluten o proteína de trigo.
  5. En una olla grande ponemos abundante agua al fuego fuerte con dos dientes de ajo y dos ajíes picaditos. Echamos un buen chorro de salsa de soja, una cucharadota de jengibre y una ramita de romero. Mezclamos bien y, cuando rompa el hervor, echamos el masacote de proteína de trigo. En realidad, yo lo dividí en seis pedazos, así que es a gusto: metés la masa entera o trozada en dos o más pedazos. Cuando metemos la masa, bajamos el fuego y dejamos cocinar por 30 min con la olla tapada.

No me lo van a querer creer, pero esto parece carne y tiene un sabor espectacular. Así sale:


seitán

Día I. Etapa III: Albóndigas de tofu

Esta receta es mucho más sencilla, pero viene con fritanga. Así que abrí las ventanas y dejá los sahumerios a mano para perfumar después de cocinar. En la jarra de la minipimer, metemos estos ingredientes: los 100 g de tofu desmenuzados, una cebolla picada, bastante perejil picado, 1 cda de paprika y un touch de sal marina. Esto se procesa y después se mezcla con un par de cucharadas de harina de trigo integral para armar albóndigas chiquitas, tamaño bocado. Metemos las bolitas de tofu en aceite hirviendo ¡y listo! Así salen:

albondigas

Día I. Etapa IV: A poner cosillas en remojo y a dormir!

Esta etapa es fácil. Buscamos dos recipientes. En uno ponemos los porotos en remojo; en el otro, el maíz pisado. Que queden bien sumergidos así los podemos cocinar al día siguiente. ¡Buenas noches!

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Día II. Etapa I: Cocinemos por fin ese bendito locro

  1. Primero sacamos los porotos y el maíz pisado del agua de remojo. Los dejamos cocinar en una cacerola tapada con abundante agua por 1 horita (a partir del hervor). Mientras eso demora una eternidad en cocinarse, hacemos lo demás.
  2. Buscamos dos ajíes frescos y el puerro y los picamos muuuuy finito o los procesamos. (NOTA: Si no te copa el ají porque te hace picar hasta el apellido, podés omitirlo y poner el ají molido en la mesa para que cada uno se eche picante a gusto). Rehogamos estos ingredientes en un cachito de aceite en una olla bien grandota.
  3. Echamos el calabacín y el coliflor cortados en pedazos más bien chiquitos, y mezclamos con el puerro rehogado.
  4. En una ollita aparte, ponemos un litro de caldo de verduras que le vamos a ir echando de a poco a las verduras.
  5. Esperamos como media hora (fuego bajo) hasta que las verduras queden bien blanditas y ahí les echamos sal marina y una cucharada generosa de comino. Después incorporamos los porotos y el maíz ya cociditos y el resto del caldo. Mezclamos bien. Agregamos más agua caliente si es necesario.
  6. Finalmente, agregamos “el cerdo”. Echamos el seitán cortado en pedacitos y las albóndigas de tofu. Mezclamos todo, con el fuego siempre bajito, durante unos minutos más para que el seitán y el tofu queden calentitos.

Me fui al carajo, chicos, así sale:

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Día II. Etapa II: ¡A comer!

Le sacamos mil fotos y lo compartimos en Facebook para que todos nos envidien sanamente, o no. Lo acompañamos con un buen vinito.

acomer


Día II. Etapa III: Lava #flaquitus

Porque siempre hay alguien que se clava.

¡Gracias por compartir! ¡Besitos patrioteros!

Los mil y un garbanzos

Esta receta se lee con la siguiente musiquita de fondo: 

¡Holis a todos! Hoy les traigo una receta de medio oriente. Aunque sería más pertinente que MacroChechu diera esta receta, puesto que ella tiene raíces armenias, yo les traigo un hummus delicioso con toda mi italianidad (?). El hummus no es la tierra fértil, esa con lombrices y toda la bola; eso es humus con una sola “m”. Yo estoy hablando del puré de garbanzo, que es muy rico y muy fácil de hacer. No lleva sal ni nada de origen animal, así que es súpersaludable y recontra macrobé.

Estos son los ingredientes…

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200 g de garbanzos que dejamos en remojo durante toda la noche, aceite de oliva, el jugo de un limón y un par de cucharadas de tahini o pasta de sésamo (que yo la hago caserita porque no consigo tahini). Condimentos: uno o dos dientes de ajo y pimienta negra o ají molido.

Primero les cuento cómo hago el tahini o pasta de sésamo, en caso de que tampoco puedan conseguirlo. Hay varias formas de hacerlo. Pueden usar semillas de sésamo tostadas o sésamo integral molido. Pueden hacer la pasta con un mortero o la minipímer. En esta ocasión, yo usé sésamo integral molido que dejé en remojo en una compotera por 6 horitas con poquita agua, suficiente para humedecer todas las semillas. Pasado ese tiempo, le pasé la minipimer y miren qué bonito tahini casero que me quedó:

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Bueno, quizás la foto no lo favorece, pero salió MOY BIEN! Ahora volvamos a la cuestión del hummus. Tiramos el agua del remojo y colocamos los garbanzos en una olla con abundante agua. Lo llevamos a un fuego fuerte y dejamos que hierva unos 40 minutos, me parece, jeje. Una vez cocinados los garbanzos, tiramos el agua de la cocción, ¡pero no toda! Dejémosle un poquitín así el hummus no sale secote. A esto le incorporamos: dos cucharadotas de tahini, el jugo de 1 limón, un chorrito de aceite de oliva y un diente de ajo (o más, a gusto). Se le puede agregar pimienta, ají molido o pimentón dulce. ¡O lo que quieran! Yo le puse pimienta y un poquito de perejil fresco. ¡Qué ricazo! Todos los ingredientes se pasan por la procesadora y así salen:

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Comenten, compartan y coman rico.

Besis!!!

MacroLuchi*